
VUELVE LA ZARANDA
Se volvieron invisibles, tan acostumbrados ya estamos a verlos, dormitando en los vestíbulos de las estaciones y aeropuertos, revolviendo en los contenedores de basura, haciendo cola en los comedores benéficos… Los vemos tan lejanos y apenas la cantidad de una mensualidad nos separa de ellos. Los arrojados por la borda de sus destinos, los náufragos en la oscuridad de un mundo hostil. A veces en silencio cruzan nuestra consciencia, aunque los evitamos como el beso del leproso, porque su pobreza nos interpela ¿Quién cree que tiene algo para siempre?
Estos mendigos dejan sus huellas en las cenizas de la vida, conservan los rescoldos de una llama antigua, una furia ante el tiempo, que de alguna manera los entroniza, reyes sin reino, el hombre desterrado entre basuras, sin más luz que la esperanza de una mirada desde el cielo. ¿Quién no ha mendigado algo alguna vez?
Liquidación de existencias, estas consagradas al teatro, consciente de que la noche se acerca, y que lejos de la complacencia, siguen desnudando su estilo de cualquier retórica, de cualquier ropaje estético, buscando pervivir en la tensión y el riesgo de la creación, que sigue reflexionando en lo que han sido sus constantes: las devastaciones del tiempo, la crítica a la desertización espiritual, el escenario como asedio vivencial.
Aquí está el universo de una compañía, sus heridas y cicatrices, su desarbolada imaginaría, su desgarrada voz, sus personajes desahuciados. Eco de liturgia, tintes esperpénticos y regusto de tragedia, un humor perturbador y un compromiso poético insobornable. Los pies en los clásicos y la mirada en el horizonte de nuevas formas de hablarle al alma de cada hombre. Tradicionales y rupturistas, contradicción viva, contracorriente siempre, pasión de cuatro décadas por los escenarios del mundo: La Zaranda, teatro inestable de ninguna parte, cumple cuarenta años a lo hondo del tiempo.
Ficha artística
Paco de La Zaranda
Gaspar Campuzano
Enrique Bustos
Francisco Sánchez
Iluminación: Eusebio Calonge
Espacio Escénico: Paco De La Zaranda
Regiduría: Eduardo Martínez
Una producción de LA ZARANDA – Teatro Inestable de Ninguna Parte en Coproducción con el Teatre Romea
Desde el minuto uno vemos que se evitan frivolidades «esto crees que no te va a pasar a ti»,» es algo que le pasa a los otros» Ya vemos el tema de la muerte de entrada, pero el muerto resultó ser una maleta, nos hemos convertido en viajeros. Y el destino ? «No sé a dónde voy», «Pero peor que no saber a dónde va uno es no saber dónde estás » Estos mendigos, vagabundos, que están en medio de un viaje y que repiten las mismas frases, las mismas secuencias recuerdan a Jonesco, a Becket, el teatro del absurdo. Fingen ir a alguna parte » para no levantar sospechas «, » hay que mirar la pantalla», «hay que protestar «, pero es muy diferente hacer como que uno protesta, hacer como que uno va a alguna parte, hacer como que hace algo, que protestar de verdad dice el mendigo que ya está acostumbrado a su situación. Ya empieza a sembrarse la ambiguedad, la confusión, son vagabundos ?, son viajeros ?, son actores ? somos nosotros mismos siempre en tránsito antes de la muerte ? Y entre los mendigos, vagabundos, viajeros también hay diferentes clases. Está el que lleva toda la vida así y aunque no sepa a dónde va, está más o menos en un lugar familiar, que él conoce. Está también el que acaba de llegar recíen despedido de su trabajo de operador telefónico, todavía con su uniforme y piensa que esta situación es solo por una noche.Y tenemos también a el mendigo intermedio, el que empezó así, pensando que era algo transitorio y ya se está acostumbrando a que esta es su vida. Son tres posturas vitales, el que ya sabe como es la vida con sus carencias, pero con una aceptación llena de humor, el que todavía no se ha enterado de qué está haciendo aquí, y el que ya va aprendiendo. Y como en la vida misma el primero, el que ya conoce su situación es el que tiene las ideas más claras y más capacidad de acción.
El arranque de la obra está ya establecido, obviamente no nos están contando una historia de mendigos. Y en el camino de este viaje pasan muchas aventuras como la de la cloaca que corre casualmente bajo los bancos, las grandes empresas, los centros comerciales y… ( no se han podido aguantar ) bajo los teatros oficiales.Y la aventura de las corbatas con todas las estupendas frases de los críticos de teatro y de arte.
Y vamos avanzando hacia no se sabe dónde. Poco a poco vamos conociendo a los mendigos que carecen de todo, carecen incluso de destino, pero rebuscan en la basura y encuentran solo recuerdos, algo que alguien ha olvidado o ha dejado allí porque ya no los quería. Y rebuscan más y encuentran que si uno quiere se puede convertir en rey y los demás en su ejército con cañones y todo ( la portentosa imaginación de este grupo al poder ). Y ocupan las trincheras en nombre de Segismundo que es la lucha por conocer la verdad y separarla del sueño, Lear que ha perdido todo incluso la capacidad de ver,es el fracaso, la desilusión absoluta y Prometeo que dió el fuego de los dioses a los hombres, la llama que les ayudó a vivir y progresar. Desde esas trincheras libran una dura batalla, luchan hasta sus propios límites «Venceremos a la vulgaridad_» El escenario es suyo y en sus propias palabras «Solo en el escenario la ilusión vive «. Ya no son mendigos, son creadores de una ficción, pero hasta dónde son una ficción y hasta dónde son ellos mismos ? Y hasta dónde somos nosotros mismos ? El texto de una vitalidad, fuerza y sencillez increibles tiene toda la frescura de haber sido escrito esa mañana mismo, parece como si lo revisaran y actualizaran continuamente. Y siempre dejandonos la duda. Sin la duda no hay riesgo y sin riesgo no hay creación. Duda cuanto quieras, pero actúa decía Buero. Y ellos actúan en el mejor sentido de la palabra. Siembran la duda y responden con su dramaturgía Montan un juego en el que son el Rey, el Hombre y el Dios, y libran una gran batalla, pero contra qué ? Ellos serán personajes sin destino, ni siquiera saben si tienen un lugar propio en el mundo, pero pueden crear, pueden y deben llevar la antorcha de la creación. Crean una ficción y en ella Lear muere, parece que se ha acabado todo. Y entonces llegamos al gran momento final. Si Lear ha muerto…el teatro vive ( y vive porque la muerte del rey es una ficción que representamos.) Pero si el teatro vive… los personajes viven… y si los personajes viven… nosotros vivimos! Pero ese «nosotros» son los vagabundos ?Son Segismundo y Prometeo ? Los vagabundos los hemos inventado ? Son Ficción? O somos nosotros mismos mirandonos en ese espejo puesto frente al mundo que es el teatro?
Una vez más la pregunta es: qué es ficción y qué es realidad?Podemos llegar a conocer la realidad? La delgadísima linea que separa estos dos ámbitos se ha trazado una vez más. Pero ellos, La Zaranda,auténticos creadores con un píe en Shakespeare y otro en Calderón se decantan por el teatro, ficción o realidad da igual, pero si nosotros vivimos… La Zaranda vive !
Desde un paseo con un muerto hemos llegado hasta aquí, la ilusión, la pasión, la creación viven y eso es lo único que sabemos que tenemos.El viaje que hemos hecho con ellos y que ha ido in crescendo en tensión, intensidad y pasión estalla en un solo grito: podemos crear y aquí está La Zaranda para demostrarlo » Si nosotros vivimos… La Zaranda vive !»
Efectivamente han creado un intenso viaje, desmitificando absolutamente todo. La razón y la emoción en lucha toda la obra, parecen llegar a un punto de encuentro al grito de La Zaranda vive.
Hay que elogiar todo en este grupo, un magnífico dominio de la herramienta, la dramaturgia parece haberse arrodillado ante ellos, son maestros en el arte escénico, si no cómo explicar la gran batalla épica con dos carros de la compra y tres cubos de basura ?
Y son transgresores, pero como una vez más nos dijo Jesús Campos García, son transgresores sin destruir lo anterior, sino construyendo nuevas fórmulas sobre lo conocido, nuevas formas de hablar al alma de cada hombre como ellos mismos dicen en el programa de mano.
Si alguien quiere saber qué es el arte del teatro esta representación tiene todas las respuestas. Ellos son teatro en estado puro.