
TRINIDAD TEATRAL : VISIBILIDAD, NORMALIDAD Y ENTRETENIMIENTO.
Entre dos puntos, el camino más corto es siempre la línea recta. Así se expresa la sabiduría popular y así piensan los niños cuya mente no sofisticada y carente de interferencias nada sabe de conveniencias, formalidades o convenciones. Christopher Boone, adolescente de lógica privilegiada e inmaculada inocencia, se enfrenta, desde su peculiar diversidad, al reto de descubrir quién mató un perro vecino. Es un pretexto para adentrarnos en el misterio mayor: el descubrimiento de su yo verdadero, la superación de los obstáculos y, como rito de iniciación, el paso a una edad adulta de responsabilidades y exigencias mayores.
Con técnicas clásicas del género de misterio se van desgranando datos que completan su paisaje vital. Hay mucha investigación previa en este texto, desde la psicológica/psiquiátrica hasta la literaria y esto se nota en los muchos guiños que Mark Haddon, autor, y Simon Stephens, adaptador, hacen durante toda la obra. Su familia es peculiar y su situación se aclara tras su intervención, como víctima propiciatoria incruenta, dejando atrás al niño ya inexistente.
José Luis Arellano dirige esta producción difícil dentro de su aparente y lineal sencillez. Gerardo Vera firma una escenografía de claridad y perfección matemáticas, con impresionantes medios técnicos, visuales y sonoros, que enriquecen la fuerza de los hechos e ideas sin tapar su potencia ni mensaje. El reparto, numeroso y acertado, pinta un entorno en el que se mueven silencios, ternura, ocultación y la insultante verdad de un ser que no sabe mentir, sujeto de las tensiones adultas. Álex Villazán, joven y bien formado, actúa, vocaliza, se mueve y da voz a Christopher tras una preparación técnica sorprendente que logra hacer creíbles los gestos y pulsiones de su patología. Marcial Álvarez y Lara Grube, ya conocidos en la escena nacional, completan el triunvirato de este elenco con eficacia e ilusión. Se ha de destacar a Carmen Mayordomo, voz autorizada, por su rica intervención, profesional y vivida.
Esta obra, incorporada por algunos centros educativos al currículo al dar visibilidad y normalidad a quienes han sido acallados por atavismos en vía de superación, tiene razones de sobra para convertirse en una apuesta segura de la cartelera madrileña. Además de una atractiva historia, su desarrollo escénico la convierte en una elección adecuada para un público familiar exigente sin caer en manierismos ni complejos del teatro infantil. Obra con mensaje, como todo buen teatro: todo es posible, aunque la mochila personal pese mucho y sus piedras hieran la espalda. Una vez reconocida y asumida la realidad, todo se puede lograr. Aquí se alcanza. Enhorabuena
Lo mejor : La perfecta simbiosis entre escenografía e interpretación y el increíble trabajo de Alex Villazán.
Lo peor: Alguna escena familiar de la segunda parte.
Texto Mark Haddo
Adaptación Simon Stephens
Dirección José Luis Arellano García
Elenco Álex Villazán, Marcial Álvarez, Lara Grube, Mabel del Pozo, Carmen Mayordomo, Anabel Maurín, Boré Buika, Eugenio Villota, Alberto Frías y Eva Egido
Traducción José Luis Collado
Escenografía Gerardo Vera
Iluminación Juanjo Llorens
Vestuario y ayudantía de escenografía Silvia de Marta
Música Luis Delgado
Videoescena Álvaro Luna
Coreografía Andoni Larrabeiti
Caracterización Sara Álvarez
Ayudantía de dirección Andoni Larrabeiti y Dani Villar
Ayudantía de videoescena Elvira Ruiz Zurita
Asistente de vestuario y escenografía Elisa Cano
Fotografía David Ruano
Diseño cartel Carlos Abril