OCEANÍA
Autor
Gerardo Vera y José Luis Collado
Dirección
José Luis Arellano
Coproducción:
Teatro Español, Carhip5 S.L., Traspasos Kultur S.L. y COART+E

El abrazo de lo cotidiano.
Siguiendo la estela del exotismo de títulos geográficamente sugestivos, esta Oceanía sólo es un pretexto del locus amoenus soñado e inalcanzable, del fin del viaje.
Gerardo Vera, cuya desaparición aún desconcierta por su proximidad, afronta el relato de su autobiografía con una técnica de limpieza irreprochable, con ternura, sinceridad y pinceladas de humor que aligeran la previsible carga de solemnidad del género. Su linealidad temporal facilita los saltos de escena en un trayecto que comprende desde los recuerdos borrosos de la infancia hasta su reencuentro final consigo mismo. No hay un reparto democrático de los tiempos asignados a cada etapa. La figura paterna y su influencia tienen un peso decisivo en la obra, así como el costumbrismo de los personajes que se cruzaron y a veces colisionaron con él. Narra con inocente falta de pudor sus pasos en el movedizo territorio de los afectos y las pulsiones. Su relato es también el de una época y un país que supo desperezarse tras un largo sueño de décadas.
José Luis Arellano dirige este texto escrito por el propio Gerardo Vera y José Luis Collado, con discreción, respeto y su sutil batuta que parece no estar. Nada en la escenografía distrae de lo esencial; es espartana en su simplicidad y tan sólo sugiere y enfatiza lo que se está contando, sin artificios ni demasiadas trampas.
Carlos Hipólito mastica, recrea y hace suyo este particular monólogo en el que todo el peso recae en su capacidad de seducción y la candidez de su vida desnudada ante los demás. Hay una sinceridad radical, sin melodramas, en su necesidad de trascender y legar los avatares de su vida a una posteridad que presentía cercana. Es el actor quien asume este papel y, desde su riqueza de registros y desde la complicidad en el humor y el dolor, opta por la ternura para acercarse/acercarnos a esta biografía de otro ser errante en su búsqueda, sus titubeos y su consecuencia. Cuando un texto desborda los límites de lo privado a través de la emoción y logra la identificación con el espectador más allá de los anecdótico, se alcanza la magia del teatro. Aquí lo logran Carlos, Gerardo, José Luis y José Luis.
Lo mejor:
La naturalidad del trabajo de Carlos Hipólito.
Lo peor:
Cierta simplicidad en el humor.
Con: Carlos Hipólito
Diseño espacio escénico y vestuario: Alejandro Andújar
Diseño de iluminación: Juan Gómez-Cornejo (A.A.I.)
Diseño de videoescena: Álvaro Luna con la colaboración de Elvira Ruiz Zurita
Composición música original: Luis Delgado
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