El pasado sábado 26 de noviembre tuvo lugar en el Teatro de la Zarzuela el deseado homenaje a la figura del cantante Luis Mariano. 

   Ismael Jordi no es misacantano en estas lides de reavivar repertorios no del todo olvidados. Vuelve, con la simbiosis del necesario Rubén Fernández Aguirre al teclado, al Teatro de la Zarzuela para brindar un homenaje a Luis Mariano en forma de recorrido por temas de orígenes y resonancias dispares y, no obstante, armoniosos en su conjunto.

   Parte del éxito de Luis Mariano se cimentó en Francia y es en su idioma en el que están escritos temas memorables en el recuerdo e imaginario colectivo de generaciones. Algunos de ellos fueron interpretados en esta velada, junto con un fragmento de la única zarzuela “La canción del amor mío” que se atrevió a afrontar. Selección heterodoxa, con muchos toques regionales en su universalidad, permite el lucimiento vocal y melódico y la recreación de épocas ya desaparecidas. 

   Ismael Jordi sabe que es apreciado en esta plaza y siembra de guiños y besos castos su interpretación para un público que ya tiene ganado por su calidad interpretativa y su empatía. Sus bises y su prometido regreso en “Luisa Fernanda” hacen que la llama no se apague.