La rama que al tronco sale…

    Enrique Jardiel Poncela nació en 1901 y en su propio hogar se vio rodeado de un ambiente intelectual (padre periodista y madre pintora). A lo largo de la convulsa primera mitad del siglo XX vivió guerras, paces, corrientes artísticas, triunfos y declive. Conoció y contó con el apoyo de Manuel Machado y Ramón Gómez de La Serna. Renovó la comedia partiendo de supuestos vanguardistas con claros contactos con el teatro del absurdo. Se alejó del humor naturalista tradicional y coqueteó con otro más irreal, ilógico e intelectual. Formó parte de la “Generación inverosímil” junto con Miguel Mihura, López Rubio, Edgar Neville y Tono, entre otros. Escribió cuentos, novelas, poesía, ensayos, artículos periodísticos y guiones cinematográficos, dirigió películas y fue empresario teatral, escenógrafo y productor. Sorprende su ingente actividad habiendo vivido tan solo cincuenta años. 

   Jardiel Poncela es el narrador de su propia biografía centrada en un periodo muy concreto de su breve e intenso transitar por este mundo. Usa el humor como instrumento desmitificador de la norma social, arma eficaz contra estereotipos y puente creativo hacia la originalidad. Su apolitismo le permitió trabajar y sufrir los efectos de la censura bajo distintos regímenes. Aunque alérgico a las izquierdas, se declaraba ateo, no se reconocía en el ideario del régimen vencedor, absolutamente incompatible con su vida desordenada y disipada. Su bisnieto Ramón Paso confirma que “no fue fascista; vivió en una dictadura y fue ecléctico.” Misógino irredento, dependía emocionalmente de la mujer a la que caricaturizaba tras haber dado el primer paso de la seducción.

   El hilo conductor de este montaje es la relación con su amor, Josefina Peñalver y las múltiples ramificaciones que se extienden en los ámbitos personal, familiar, social y artístico. Especial importancia cobra su aventura norteamericana con contactos con Chaplin y Harpo Marx. Su faceta de guionista de cine, al igual que José Lopez Rubio, le brindó conocer otros mundos y un toque de atractivo exotismo.  

   Ramón Paso, director y autor del texto, se erige en depositario de los derechos dinásticos de dos apellidos de gran peso literario: Paso y Jardiel. Confiesa que había “empezado con una biografía y acabé con un tributo.”  Hereda el personal estilo de su antepasado y recurre al disparatado y amable humor que puebla el texto de ingenio y aforismos, definiciones y frases lapidarias. “Es un delirio literal,” que causa hiatos en la línea narrativa provocados por la medicación extrema con la que pudo coexistir con su enfermedad durante los últimos años. Alucinaciones pueblan escenario, mente y palabra en su personalísima visión. Con afán pedagógico y enciclopédico, desfilan nombres, fechas, datos, títulos, críticas a todo el universo circundante y un eficaz retrato de paisaje y paisanaje en el feroz mundo literario de la época. El veloz ritmo inicial con apresuradas entradas y salidas se va asentando y desemboca en pasajes más reflexivos, aunque los numerosos datos, citas y anécdotas, como en un muestrario, no cesan en ningún momento

   El reparto viene encabezado por Pepe Viyuela, técnicamente irreprochable y Ángela Peirat, Ana Azorín, Inés Kerzan, Sergio Otegui y Rafa Ramos. El espacio escénico de Javier Ruiz de Alegría, elegante y simbólico, juega con la polisemia de las hojas, literarias o botánicas, tal vez de aquel almendro de Eloísa. Los eficaces y evocadores espacios sonoros de Daniel Villarroya ubican el ambiente de la época y colaboran con la identificación de escenas y los saltos temporales entre ellas. Juan Sebastián Domínguez se luce con el vestuario y se nota su conocimiento e investigación en modas pretéritas.

   Recorrido por la biografía desconocida de un genio desconocido más allá de su apellido, esta historia de humor y amor, los dos motores de Jardiel, ha de servir para reivindicar este periodo y esta figura oscurecidos por años, prejuicios y desconocimiento.

Lo mejor:

El diseño del escenario (Jardiel lo habría aprobado) y el vestuario.

Lo peor:

 El recorrido veloz por personajes y excesivos, aunque interesantes, datos biográficos.