OSCAR QUIERE SER UNA CIGALA
Del 8 de noviembre al 3 de diciembre del 2017
El deseo puede ser trampolín o carga, estímulo para la acción o anestésico paralizante. Óscar, adolescente en periodo de formación, desea transformarse en lo que ya afirma ser, una cigala, emprendiendo un proceso médico, psicológico, personal y social. Cambios de este calado afectan al entorno y su familia ve tambalearse sus nada sólidos cimientos.
En su obra, Luis Enrique Montero nos habla de identidad, aceptación, del valor de la comunicación, la sinceridad y la autenticidad. Hay dos caras en cada personaje y la no visible es la políticamente incorrecta, la más real y visceral. Se critica el valor de los grandes mitos tópicos contemporáneos: la psicología-panacea universal, la familia como locus amoenus y el logro universal de todos los deseos en una sociedad de consumo y hedonista.
Alberto Sabina dirige esta función con ritmo ágil y humor y logra una doble comunicación de gestos y acciones por una parte y, por la otra, del pensamiento sincero que los personajes no se atreven a transmitir ante una sociedad/familia que juzgará sus actos desde su “modernidad biempensante”. La escenografía es sencilla y versátil, los efectos sonoros y visuales complementan la validez de un texto defendido por un reparto que baila, canta e interpreta con técnica y sinceridad. Un texto de absoluta vigencia que apuesta por el derecho a la identidad propia como vía a la felicidad.
Lo mejor: Originalidad y frescura.
Lo peor: La transición entre escenas debería ser mas ligera.
Dirección: Alberto Sabina
Dramaturgia: Luis Enrique Montero
Escenografía: Silvia Romero
Vestuario: Sandra de la Fuente
Iluminación: Manu Roca
Videoescena: Elvira Ruiz Zurita
Reparto: Ángela Martín, Raúl Pulido, María José Palazón, Pablo Gallego Boutou y Ana Cañas
Una producción de Teatro Por Ejemplo.