Descripción
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La Comedia sin título es una obra de teatro que siempre estará por escribirse. Ésa es su potencia y yo no he pretendido clausurarla. Pero durante años me asomaba a la última línea del manuscrito como quien se asoma a la marea porque oye una voz que lo llama desde adentro. El sueño de la vida no pretende dar fin a la Comedia sin título, tampoco es una reescritura. Es un nuevo texto escrito en un vacío infinito, un diálogo entre lo que fue y lo que no pudo ser.
Para su escritura fue decisivo el impulso y apoyo de la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid, que convirtió en encargo real lo que era un sueño íntimo.
No puedo explicar mucho sobre los sentidos de El sueño de la vida. He escrito como quien atraviesa sonámbulo una habitación en llamas. Creo además que hay algo de alucinación en el centro de esta experiencia que se resiste al decir. Mucho de El sueño de la vida forma parte del misterio. No sé muy bien cómo se han entrelazado las imágenes de Lorca con la propia ni por qué venían al recuerdo algunos versos y otros no. También en este proyecto hay mucho de juego, que es algo sagrado, y que algunos seguimos defendiendo ante este gobierno de lo útil, de lo necesario y de lo productivo. Sí, he disfrutado mucho escribiéndola. No quiero cubrir esta experiencia con la pátina pesada de una falsa solemnidad. Hay más pulsiones lisérgicas que conscientes.
El conflicto sobre la verdad en el teatro y en el amor que en El público sucede principalmente dentro del pecho de El director se intenta resolver aquí abriendo de par en par las puertas del teatro. Pero por esas puertas abiertas entran no sólo el optimismo revolucionario y los anhelos de un mundo más justo sino también las fuerzas más conservadoras, cínicas y agresivas. Y nos engañemos: éstas pueden encontrarse en los despachos pero también en los andamios. No hay síntesis apaciguadora en su resolución: porque es insufrible un teatro que dé la espalda a la realidad de su tiempo (“no quiero que se derrame sangre verdadera junto a los muros de la mentira”) pero ¿qué poesía se sobrevive doblegada ante la pólvora y los estrados? Como en El público nos encontramos un callejón sin salida; de ahí emerge la idea del sacrificio en este auto sacramental laico en el que creador aparece “como un agonizante de Dios” que no pertenece “ni al reino de los vivos ni al de los muertos” y, sin embargo, no puede dejar de pertenecer. Estos dos actos que no pretenden dar fin a nada sino entregar al presente la intimidad con una voz.
Alberto Conejero
Una producción del Teatro Español en colaboración con la Comunidad de Madrid
Ficha artística
Lluís Pasqual
Dafnis Balduz
Ester Bellver
María Isasi
Raúl Jiménez
Daniel Jumillas
Jaume Madaula
Juan Matute
Antonio Medina
Chema de Miguel
Koldo Olabarri
Sergio Otegui
Juan Paños
Luis Perezagua
César Sánchez
Nacho Sánchez
Emma Vilarasau
Músicos: Miguel Huertas e Iván Mellén
Escenografía y Vestuario Alejandro Andújar
Iluminación Pascal Merat
Dirección Musical Dani Espasa
Espacio Sonoro Roc Mateu
Ayte dirección Carlos Roó
Ayte Escenografía y Vestuario Silvia De Marta
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