Versión y dirección 
Irina Kouberskaya

Fair is foul.

    Los títulos definen, sintetizan y marcan un camino de interpretación previo. Para los misacantanos, este título tan explícito aclara la situación de la protagonista de este monólogo

    Beatriz Argüello, tocada por la varita de la gracia escénica, afronta el reto de encarnar un personaje generado a la sombra de su marido en “Macbeth”, una de las obras capitales de Shakespeare… y lo hace con éxito, a pesar del obstáculo de que sea necesario un profundo conocimiento de dicha obra para poder captar datos, referencias y matices. Su técnica dramática es impecable en su versatilidad, dicción y expresividad, en este caso bajo la dirección de Irina Kouberskaya, conocedora también de este autor.

    La escenografía es sencilla, con un uso dramático del color y cuenta con el toque artesano de la sala Tribueñe en la iluminación, sonido, diseño de vestuario y algunas imprecisiones cronológicas en la música, el mobiliario y la escena del fondo fácilmente perdonables. Resulta eficaz el uso metonímico y simbólico de los objetos en este monólogo con las voces varias de la personalidad múltiple del personaje. En ocasiones, son los gestos y el buen hacer de la actriz los que logran suplir o complementar carencias. 

    Lady Macbeth es Beatriz Argüello con sus repeticiones y miradas obsesivas y su forma de llenar el silencio. Su inmersión e identificación con el personaje son brillantes. Ella es brillante.

Lo mejor:

Beatriz Arguello.

Lo peor:

Obra absolutamente dependiente de Macbeth; sin el original delante, no se entiende nada.